Saturday, September 30, 2006

Autoridad» Jesús el hijo

Jesús el hijo

Es muy poco lo que la Biblia nos deja saber acerca de la infancia de Jesús, sin embargo una sola frase que registra el evangelio de Lucas nos da un amplio panorama de lo que fue su niñez y juventud como hijo: «Entonces Jesús volvió con sus padres a Nazareth, y los obedecía en todo.[1]» Otra versión de la Biblia dice: «y vivió sujeto a ellos.[2]»

Hace pocos días conocí a un hombre que hablaba un perfecto español impregnado del peculiar acento del portugués que se habla en Brasil, me supuse que se trataba de un brasileño, pero más tarde descubrí que era mexicano al igual que yo, que ha residido por varios años en Brasil. Quienes llegan a vivir fuera de su país natal y regresan suelen evidenciarlo por la manera en la que cambia su forma de hablar, de vestir e incluso de comportarse [¿Macho, os acordáis de Hugo Dzánchez?]. Muchos han sugerido que Jesús pasó su juventud en el Tibet o en alguna parte del mundo budista. Pero, la Biblia aclara que él permaneció con sus padres[3] hasta alrededor de los treinta años de edad, trabajando en un conocido taller de carpintería de la ciudad de Nazareth en Israel[4]. Su manera de vestir, de hablar y de conducirse eran también una prueba de su arraigo a la ciudad en donde creció[5]. No cabe duda de que Jesús pasó largos años junto a sus padres hasta el momento en el que empezaría a predicar acerca del amor y del juicio de Dios. Ese momento llegaría justo después de haber sido invitado a una boda en un pueblo llamado Caná al realizar el primero de los muchos milagros que haría públicamente. María, su madre, al percatarse en aquella ocasión de que se había terminado el vino indica a los sirvientes que sigan las instrucciones de Jesús[6]. Ella sabía lo que Jesús podía hacer. Esto quiere decir que el poder y la autoridad que Jesús tenía y estaba a punto de manifestar al mundo no eran ningún secreto para María. Tal vez, milagros como ese habían ocurrido cientos de veces en la privacidad de su hogar. Pero tal autoridad de Jesús nunca fue un obstáculo entre él y sus Padres. Lo hubiese sido en el caso de que él fuera un rebelde, pero fue un revolucionario. Hoy, los jóvenes de las nuevas generaciones viven en un mundo en donde las relaciones entre ellos y sus padres son tan diferentes a las que sostuvieron generaciones pasadas como diferentes son un huevo y un libro, ¡nada que ver! En este tiempo los jóvenes tienen la libertad de comunicarse con sus padres como nunca antes en la historia, prácticamente no hay temas prohibidos, pero ¿es aprovechada tal oportunidad?, ¿nos comunicamos? Es increíble la cantidad de tiempo que se dedica a navegar en el Internet, chatear y mensajearse con el celular mientras que no podemos dedicar ni siquiera unos minutos al día para abrir nuestro corazón con aquellos que nos aman. Los jóvenes tienen acceso a miles de horas de estudio e información sobre cualquier tema con un solo Click del Mouse, sin embargo, ésta generación esta tomando más decisiones incorrectas que ninguna otra generación en la historia. Su necesidad es real, su fuente está equivocada. ¿A quién están recurriendo los jóvenes al verse envueltos en problemas serios como: el aborto, el abuso sexual, las drogas, etc.? La respuesta es a otros jóvenes, tan mal o peor informados que ellos.

Los seres humanos nos diferenciamos de las máquinas en que somos relacionales. No somos una computadora en donde se instala un programa y listo. Nos importa qué nos dicen, pero no tanto como quién nos lo dice. Si vas caminando por la calle y un mocoso que nunca has visto te saca la lengua, lo ignorarás y ya. Pero si alguien a quien amas te dice: «nunca más voy a confiar en ti, me has decepcionado…» es capaz de lastimarte profundamente y hasta llevarte a la depresión. No sólo es importante qué se te dice sino quién te lo dice. Si quieres decisiones correctas, necesitas relaciones correctas. La generación revolucionaria que ha de levantarse y ha de sacudir a nuestro mundo es una que será capaz de tener relaciones sanas y estrechas con la autoridad, principalmente con sus padres. Estar de la greña con ellos es tonto, incómodo y definitivamente un mal negocio, por tres principales razones.

La primera es que hay algo que ellos tienen que te conviene: experiencia. Quienes han tratado de obtener un empleo y son rechazados por falta de experiencia saben lo importante de esto. Ya lo dice el dicho popular: «Más sabe el diablo por viejo que por diablo.»

En segundo lugar, por cursi que suene: ellos te aman. Muchos de los hogares de nuestros jóvenes de hoy en día son disfuncionales, ya no está papá o mamá o ninguno de los dos con nosotros, pero salvo algunos casos sumamente extremos habrá alguien que te quiera, y que por ello sólo tendrá la mejor de las intenciones al escucharte y aconsejarte si le cuentas tus broncas. El rey David llegó a ser uno de los hombres más poderosos de la Tierra hace unos tres mil años, el escribió lo siguiente: «Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.[7]» Ya desde entonces existían los «padres desnaturalizados», y aunque es eso algo indudablemente terrible, es también por otro lado la oportunidad de rendirnos plenamente al Padre que nunca nos mentirá, nunca nos abandonará, nunca preferirá a sus amigos más que a nosotros, nunca te dejará solo en medio de tus broncas, nunca se le olvidará tu cumple, ni tendrá tanto trabajo como para no contestarte una llamada: el Padre celestial.

La tercera razón es el orden de la vida. Muchos dicen: ¡yo hago las cosas a mi manera!, pero ¿quién nos ha dicho que la vida ha de ser a nuestra manera? No soy Beethoven[8] pero he compuesto algunas canciones, decido como han de ser desde que empiezan hasta que terminan, ¡son mis canciones! y ¡le encantan a mi mamá! [Y solamente a ella, por cierto], pero la vida yo no la inventé, nacimos tú y yo en un universo que ya tenía un orden. Piénsalo, leyes en la física, la química y en las relaciones interpersonales también. Si me lanzo desde un edificio de diez pisos sin ningún tipo de protección me voy accidentar, no importa el hecho de que yo no crea o no sepa nada acerca de la ley de la gravedad. De la misma manera la Biblia dice respecto a las relaciones de los hijos con sus padres: «El primer mandamiento que va acompañado de una promesa es el siguiente: "Respeta y obedece a tu padre y a tu madre, para que todo te salga bien y tengas una larga vida en la tierra".[9]» Cuando se viola este principio hay consecuencias graves. En los países donde los ancianos son honrados y respetados sucede con frecuencia que la gente vive más años, y es algo lógico, quien se siente valorado y que lo que hace aporta algo a la comunidad ¿¡ni para qué se muere!?

Recuerdo la historia de un hombre que estaba casado y que tenía varios hijos, cuando llevó a vivir con su familia a su padre anciano. El cuarto que dispusieron para el viejo era el peor de la casa y a donde iban todos los triques que ya nadie quería. En una ocasión el padre de familia vio que uno de sus hijos tenía guardada una cobija vieja, sucia y rota. ¿Para que guardas este trapo?, le preguntó a su pequeño hijo. Y con sorpresa escuchó al pequeño contestar con inocencia: «Lo guardo para cobijarte cuando seas viejito papá.» Piensa también que algún día tu serás adulto, la falta de respeto que hoy muestres a las generaciones mayores se te mostrará a ti, así es la vida. ¿Serás parte de la generación que romperá las barreras de comunicación que existen entre padres e hijos?: «Dios hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres...[10]»

NOTAS
[1] Lucas 2:51 TLA
[2] Lucas 2:51 NVI
[3] Yoséf [José] debió haber muerto durante la juventud de Jesús, quedando él a cargo de su madre María.
[4] ¿Acaso no es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no es verdad que sus hermanas viven en este mismo pueblo? Marcos 6:3 TLA
[5] Una de las evidencias que hay a favor de que Jesús tenía el aspecto del judío promedio de su época la encontramos en el evangelio de Juan, en donde se narra el encuentro que sostuvo con un mujer originaria de samaria, quien al verlo por primera vez lo reconoce inmediatamente como judío: « "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?" (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)» Juan 4:9 BDJ
[6] Entonces María les dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que Jesús les diga". Juan 2:5 TLA
[7] Salmos 27:10 NVI
[8] Ludwig van Beethoven. Músico nacido en la ciudad de Bonn, Alemania en 1770, muere en Viena, Austria en 1827.
[9] Efesios 6:2-3 TLA
[10] Malaquías 4:6 RVR 1960

Continúa» Jesús el hermano

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