Saturday, September 30, 2006

Actitud» 5 características de un sueño de Dios

Cinco características de un sueño de Dios
Déjame hablarte de cinco características que tiene un sueño de Dios.

1. No es egoísta. Es un sueño que no está buscando tu propio provecho, sino que la vida de muchos otros será beneficiada y el nombre de Dios va a ser glorificado. Es un sueño que forma parte del plan de Dios. Necesitas poner tu mirada en Dios.

2. No es difícil, sino imposible. No lo puedes hacer sin él. No es un sueño para que tú lo hagas solito, porque si lo haces solito entonces la gloria sería para ti. La vida se trata de Dios. Me gusta cómo lo dice el evangelista católico Martín Valverde: «Si tus sueños se pueden lograr con Dinero es que son muy baratos» Los sueños que Dios pone en nuestro corazón son imposibles, tenemos que recurrir y depender de él para que se vean logrados. Él los tiene que hacer a través de nosotros. Necesitas conocer el poder de Dios.

3. Nunca es ajeno a su voluntad revelada, es decir, a la Biblia. Siempre es coherente con lo que Dios ha hablado a lo largo de todos lo tiempos. Necesitas conocer la Palabra de Dios.

4. Nunca habrá nada que te haga sentir más realizado. La Biblia dice en Jeremías 29:11 «Yo sé los pensamientos que tengo acerca de ti», otra versión[1] lo dice así «Yo sé los planes.» Dios tiene planes para nuestra vida y ¿sabes como comunica sus planes a nosotros?: son sueños en nuestra vida. Son anhelos en nuestro corazón, cosas que deseamos. Cosas que debemos identificar como de Dios y no de nuestra carne. «Yo sé –dice- los planes que tengo para ti, que son de bien y no de mal, para darte el fin que esperas.» Es un anhelo en tu corazón, es algo que esperas, entonces permíteme preguntarte ¿en dónde esta tu anhelo? ¿Cuál es el anhelo que Dios ha puesto en tu corazón? Tu vida tiene un propósito específico, el primer requisito para que puedas cumplirlo es que lo conozcas. Necesitas oír la voz de Dios.

5. Nunca dejará de cumplirse. Pero será una pena que no lo cumplas tú. El sueño de Dios se va a cumplir pero quizá no seas tú el que lo lleve a cabo, si renuncias a ese sueño serás un rebelde y tendrá que venir otro a darle cumplimiento. Jesús decía: «Les aseguro que si ellos se callan, las piedras gritarán[2]», es decir, si estos no lo hacen otros lo harán, pero nunca dejará de cumplirse. Si ya formas parte de la revolución espiritual que Jesús encabeza, la gran tragedia de tu vida será que sólo seas un espectador de que alguien está cumpliendo el sueño que Dios había tenido para ti. Necesitas actuar.

Los records Estupiguinness
Todos hemos visto y nos hemos entretenido con los programas y libros que publican records insólitos. Parece que la gente está tratando de hacer lo que nadie más haya hecho, pensando que al lograrlo han conseguido el éxito y el sentido a su vida. Esto se debe a que Dios creó al ser humano único para realizar algo único. Dios no creó nada sin un propósito definido. El problema del hombre es que al desconocer el propósito con el cual fue creado está totalmente incapacitado para llevarlo a cabo, y desperdiciará su vida aún ante los reflectores de los noticieros o el aplauso de multitudes. Muchos de esos programas y libros son solamente la evidencia grabada y hasta cronometrada de vidas desperdiciadas, de algunos que terminaron por ser rebeldes cuando fueron llamados a ser revolucionarios. No importará cuanta fama, notoriedad o dinero alcancen, siempre serán unos pobres infelices, por no haber reconocido su misión única en la vida.

El periódico de mayor distribución en la ciudad de Monterrey, donde vivo, recientemente publicó un artículo titulado: «Son infelices 8 de cada 10 empresarios con éxito[3]» Muchos de estos empresarios han tenido grandes sueños y se han empeñado con toda su vida para lograrlos. Pero han descubierto que no es suficiente. Se necesita un sueño de Dios. Sus sueños fueron en muchos casos egoístas, lejos de beneficiar a muchos, dañaron aún a la gente más importante de su vida. El artículo de El Norte hacer referencia a facturas que han tenido que pagar las familias de estos empresarios como el divorcio, entre otras. Sus sueños se podían lograr con la inversión de muchísimo tiempo, dinero y esfuerzo, fueron solamente meros sueños humanos, no aquellos que descienden de lo alto, no aquellos que repercuten en la eternidad. Los trofeos que llenan sus vitrinas, los diplomas que cuelgan de las paredes de sus oficinas, y cualquier otro tipo de reconocimiento no han podido llenar el anhelo de su alma, fueron creados para más, ahora lo saben. Se convertirán tan sólo en testigos de otros que sí vengan con el coraje necesario y den cumplimiento a los sueños que no fueron estos «pobres exitosos» capaces de entender, conocer y llevar a cabo.

¿Cuál es tu sueño? ¿Es un mero sueño humano o es un sueño de Dios? ¿En qué estás invirtiendo tu vida?

«Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. »
[Jeremías 29:11 NVI]
NOTAS
[1] Nueva Versión Internacional
[2] Lucas 19:40 TLA
[3] El Norte. Viernes 5 de mayo de 2006. Vida página 4.
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